Martí, el Partido Revolucionario Cubano y los médicos
Por: Roberto F. Rodríguez González

A mediados del siglo XX, mi padre, en alusiva conversación, reflexionaba sobre el accionar político de los médicos de nuestro municipio, y aseveraba que eran los más eficientes líderes de la comunidad, ya que no tenían necesidad de solicitar el sufragio en los eventos de carácter electivo.
El razonamiento se sustentaba en el agradecimiento de pacientes y deudos por los servicios prestados, en repetidas ocasiones no siempre retribuidas. Estas acciones humanitarias, contribuían a forjar vínculos de reconocimiento social.
Las visitas profesionales propiciaban una atmósfera de admiración, gratitud y franca comunicación. Nexo conocido y valorado por José Martí, quien afirmó al doctor Martín Marrero, coronel del Ejército Libertador, lo siguiente:

“Los médicos son los más apasionados, y, por lo tanto, serán los mejores delegados. Sus pasos en ninguna hora, ni en ninguna parte llaman la atención; siempre son bien recibidos. Todos les deben algo: unos la vida, otros dinero. El médico es quien mejor conoce los secretos de todos: por eso, ésta será la revolución de los médicos”.

Años después, el joven estudiante de medicina Horacio Ferrer, combatiente del Ejercito Libertador en la guerra de 1895, en la que obtuvo los grados de Comandante, y Jefe del Estado Mayor de la Brigada Norte, escribió, en su libro testimonial Con el rifle al hombro:

“…la clarividencia de Martí le permitió darse cuenta de que eran los médicos los más sagaces conspiradores, por la facilidad que tenían de penetrar en todos los hogares, tocando el tema de la tempestad próxima a desencadenarse. Y por el prestigio y la confianza que gozaban entre sus compatriotas. En consecuencia, Martí confió sus planes y utilizó como sus mejores agentes en Cuba a los doctores Joaquín Castillo Duany, Pedro Betancourt, Martín Marrero y otros”.

Las acertadas observaciones precedentes han motivado la búsqueda y presentación de esta compilación de resúmenes biográficos, dedicados a los titulares de la medicina integrados al vital cuerpo social de los tabaqueros de Nueva York, Filadelfia, Cayo Hueso y la Florida. También las mujeres a través de los clubes femeninos, veteranos de las guerras patrias y otros, en distantes ciudades y pueblos en la Isla, y fuera de ella, que conformaron la proeza fundacional de crear el primer Partido Revolucionario, concebido para conquistar con razones justas, y unidad social, la libertad de la patria.
Los principios democráticos fructificaron en los clubes políticos de base. Conocidos y estudiados por Martí, en los Estados Unidos, en las primeras décadas de 1880. Esas experiencias contribuyeron a conformar los conceptos publicados en Patria, el 11 de junio de 1892, con el título: “Los Clubs”.

“Y como los clubs de Nueva York, y de seguro los de todas partes, se buscan con cariño, y todo lo quieren hacer en común, quiere “José Martí” llevar adelante con todos a la vez, la obra de mantenerse al habla, de cambiar juicios, de dilucidar puntos dudosos de nuestra historia, de fomentar las relaciones afectuosas entre los que tienen que trabajar con la opinión, y la opinión que es la masa y fuerza de trabajo”.

El sentido del mensaje tiende a facilitar la comunicación participativa y creadora de los asociados e invitados. Sobre este esencial aspecto, Martí dirá en otra ocasión: “… el arte difícil de asociarse que es el secreto único del bienestar de los pueblos, y la garantía de su libertad”.
Este libro tiene por objetivo honrar a los profesionales de la medicina, que trabajaron junto al Apóstol en la consolidación del Partido Revolucionario Cubano y, al mismo tiempo, adentrarse en el accionar del Maestro para actualizar la faceta más trascendente y humana del genial organizador de la integración social conformada como fuerza liberadora.
Un mayor conocimiento de sus actividades como combatientes dobles contra España y contra la muerte y sus relaciones con el Apóstol se muestran a continuación en estricto orden alfabético.

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