Tanto en sus poemas como en la introducción que hiciera a sus dos libros publicados, José Martí se refirió a la trascendencia que tenía en su vida la poesía y a las características de sus obras en el campo de la poesía.
Por ejemplo, en sus Versos Sencillos, obra escrita por él en 1890 y publicada al año siguiente, en Nueva York, Estados Unidos, llegó a señalar al respecto:
Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral
También, en este caso, en uno de sus Versos Libres, Martí señaló al referirse a la significación de la poesía:
La poesía es sagrada. Nadie
De otro la tome, sino en sí. Ni nadie
Como a esclava infeliz que el llanto enjuga
Para sacudir a su inclemente dueña
La llame a voluntad, que vendrá entonces
Pálida y sin amor, como una esclava.
José Martí utilizó la poesía para trasmitir no solo sus emociones y vivencias, su amor por la Patria, sus familiares y la naturaleza, sino además como una vía eficaz de comunicación con sus amigos.
En sus Obras Completas se puede apreciar por ejemplo varias Cartas Rimadas en las que Martí saludó a sus amigos y comentó diferentes aspectos.
Una de esas Cartas Rimadas estuvo dirigida a Adelaida Baralt, a quién le manifestó:
Ayer, linda Adelaida, en la pluviosa
mañana, vi brillar un soberano
árbol de luz en flor, -¡ay! Un cubano
floral, -nave perdida en mar brumosa
Y en sus ramas posé, como se posa,
loco de luz y hambriento de verano,
un viejo colibrí, sin pluma y cano
sobre la rama de un jazmín en rosa.
He ejemplificado lo que para Martí significó la poesía al citar algunos de sus poemas en los que hizo referencia a ello.
Pero no solo en versos sino también en prosa dejó constancia de la trascendencia de la poesía en su vida.
En este sentido cabe recordar lo expuesto por él cuando resaltó en la introducción de sus Versos Libres: “Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. Mientras no pude encerrar íntegras mis visiones en una forma adecuada a ellas, dejé volar mis visiones. ¡Oh, cuánto áureo amigo que ya nunca ha vuelto. Pero la poesía tiene su honradez, y yo he querido siempre ser honrado.”
Otro principio expuesto por Martí en relación con la poesía, algo que igualmente define la significación que le atribuyera y la utilidad que le daría a sus poemas lo precisó al detallar: “Los versos no se han de hacer para decir que se está contento o triste, sino para ser útil al mundo, enseñándole que la naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías y luz en el cielo, y amigos y madres.”
Martí le concedió una gran trascendencia a la poesía y como tal escribió una buena cantidad de poemas, entre ellos varios llenos de simbolismo que se reflejan en el libro titulado “Ismaelillo” que especialmente dedicara a su hijo José Francisco.
Precisamente en la introducción del citado libro Martí, que fue editado en Nueva York, en 1882, le señalaría a su hijo al referirse a los poemas que había concebido: “Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos.”
Y teniendo en cuenta lo anteriormente citado puedo decir que Martí pintó con la palabra no solo en esa ocasión sino en otras múltiples obras poéticas, así como en cartas, discursos y otros trabajos.
Realmente él le concedió una singular importancia a la palabra y supo utilizarla tanto en forma oral como escrita para reflejar sus vivencias, sueños y el gran amor que sintiera por familiares, amigos y por supuesto por su tierra natal y a la causa de su independencia.
Acerca de Martí y su labor como poeta y como escritor en sentido general han opinado disímiles creadores e investigadores cubanos y de otras partes del mundo.
En su libro Acción y poesía en José Martí, Ángel Augier incluyó lo que él había planteado al hablar en el acto organizado por la Sociedad de Amistad Soviético-Cubana en Moscú el 28 de enero de 1971.
En esa ocasión precisó que si hay algún ejemplo de escritor revolucionario que pueda ofrecer América al mundo, es el de José Martí, el cubano excepcional que murió combatiendo por la libertad de su patria, después de dejar una obra literaria que abrió nuevos rumbos a las corrientes creadoras de su tiempo, en los pueblos de habla española.
Y aseguró: “Poeta esencial crítico penetrante de las artes y las letras de todas las épocas y de todos los pueblos, cronista insuperable de la realidad que le tocara vivir en España, en México y en los Estados Unidos, con tribunas periodísticas de alcance continental, en dos idiomas, como fueron los diarios La Nación, de Buenos Aires, en Argentina, y The Sun, de Nueva York – amén de los de otros países latinoamericanos-, Martí logró influir poderosamente en la literatura coetánea latinoamericana. Fue uno de los principales iniciadores de un gran movimiento renovador del estilo y de los conceptos creadores, de profunda raíz en los orígenes culturales del Continente y con aprovechamiento de las tendencias universales, que tomó la denominación de modernismo en la historia literaria de la América Latina y que llegó a influir en las letras españolas.”
“Tanto con su obra poética como con su prosa original, llena de color y vivacidad –resaltó Augier– Martí marcó una fuerte impronta en ese proceso literario.”
Tomado de http://www.habanaradio.cu