El historiador Rolando Rodríguez se ha marchado este 4 de abril; pero nos deja una amplia y valiosa obra ensayística que resulta esencial para entender diferentes y complejas etapas de la historia nacional.
Repaso su amplia bibliografía a partir de la ficha que preparé en el año 2013 a propósito de la edición de su volumen Dos Ríos: a caballo y con el sol en la frente preparado por la editorial Capiro de Santa Clara como parte de los textos que se presentarían en la Feria Internacional del Libro de ese año que estuvo dedicada al autor. Publicó República angelical, Bajo la piel de la manigua, Cuba: la forja de una nación (Premio de la Crítica Científico Técnica), La revolución inconclusa, Los Mangos de Baraguá contra el Pacto del Zanjón, Una edición memorable: el diario del Che en Bolivia, La toma de Las Tunas: derrota definitiva de las armas españolas en Cuba, A caballo y con el sol en la frente, Cuba: las máscaras y las sombras, República de corcho (Premio de la Crítica Científico Técnica), La conspiración de los iguales, La insurrección de los independientes de color en 1912 y República estrictamente vigilada, títulos que cuentan con varias reediciones.
Se encontraban en proceso de impresión en ese momento: Rebelión en la República, Auge y caída de Gerardo Machado, La Revolución que no se fue a bolina y Los vientos huracanados de la historia. Publicó numerosos trabajos en la prensa cubana y extranjera y dictado conferencias en Cuba y el extranjero. Le fue concedido el Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2007 y en 2008 el Premio Nacional de Historia. Recibió numerosas condecoraciones cubanas y extranjeras, entre ellas la Distinción por la Cultura Nacional. Fue miembro de la UNEAC, la UNHIC, la ADHILAC y la UNJC.
Rolando Rodríguez fue un incansable y acucioso investigador a la vez que desempeñó importantes responsabilidades en el mundo cultural, universitario y editorial del país. A manera de homenaje póstumo, retomo la reseña que redacté a propósito de la publicación del volumen Dos Ríos: A caballo y con el sol en la frente donde brinda notables aportes relacionados con la muerte de José Martí como resultado de su estancia en el Archivo Central del Instituto de Historia y Cultura Militar de España.
El 19 de mayo: relecturas de Rolando Rodríguez
El análisis profundo a partir de fuentes primarias caracterizan el volumen Dos Ríos a caballo y con el sol en la frente del historiador Rolando Rodríguez. A través del viaje por el amplio universo sociocultural e histórico que el autor nos brinda conoceremos de la significación de importantes hallazgos para la historia de Cuba e Hispanoamérica entorno a los documentos que nuestro Apóstol llevaba consigo en la hora final de Dos Ríos y, a su vez, estas páginas desentrañan aristas polémicas o poco conocidas de las últimas horas de la vida de José Martí.
La información que conforma este libro —ilustrado a partir de una obra del artista cubano Carlos Enrique— anteriormente fue conocida a través de dos entregas: Dos Ríos a caballo y con el sol en la frente (Ciencias Sociales, La Habana, 2002) y Martí: los documentos de Dos Ríos (Sed de Belleza, Santa Clara, 2001). Ahora el lector tendrá la posibilidad de conocer en un solo texto toda la información e investigación resultantes de la estancia del autor en el Archivo Central del Instituto de Historia y Cultura Militar de España donde pudo consultar los expedientes correspondientes, no solo a los combates de Dos Ríos el 19 de mayo, sino también a los ocurridos entre los días 23 y 26 de ese mes.
El discurso ensayístico del texto demuestra un amplio dominio de la lengua española por parte de autor al utilizar un amplio registro, tanto de las expresiones más cultas y académicas como de aquellas del uso más coloquial; y resulta que, en ocasiones, necesita transmitir ciertos colores del diálogo, de las escenas o del temperamento y personalidad de los héroes que son los protagonistas de la historia que necesita sustantivar verbos o crear giros o intensiones comunicativas inusuales que le permitan dibujar los múltiples y complejos matices de contextos colmados de tensiones socioculturales e históricas.
Rolando Rodríguez es un hombre de énfasis al decir y esas intensiones están en el discurso ensayístico de este volumen en las que aparece ante el lector, unas veces el agudo analista, mientras que en otras, el narrador de amplios registros escriturales que utiliza la palabra como laboratorio de comunicación. Su peculiar y enfático uso de las comas es directamente proporcional a su decir sentencioso.
La información aquí reunida sirvió como fuente bibliográfica al documental Dos Ríos: el enigma, del realizador Roly Peña que ha sido presentado en la televisión cubana en varias ocasiones y es que el estilo narrativo del autor el presentar, valorar y novelar los hechos históricos que centralizan su estudio, logra largas secuencias cinematográficas que motivan y facilitan la lectura y comprensión del recorrido de José Martí los últimos días de su vida hasta la hora fatídica de Dos Ríos.
Cada una de las escenas que el autor reconstruye están concatenadas entre sí a partir de una amplia utilización de fuentes primarias, testimonios, diarios o estudios de otros investigadores que brindan al análisis una gran riqueza de criterios sobre acontecimientos trascendentales para la historia de Cuba acaecidos en la zona de convergencia de los ríos Cauto y Contramestre el 19 de mayo de 1895.
Pero este análisis integral y concatendo de los hechos origina en el discurso largas secuencias cinematográficas en las que el autor logra tal complicidad en los hechos que olvida la existencia de los puntos y seguido o de los puntos y aparte y es que realmente, en ocasiones, no le hacen mucha falta porque sus amplias descripciones pletóricas de detalles e informaciones contextuales no deben ser interrumpidas sino que la expresión es solucionada con largas oraciones subordinadas que se encadenan entre sí de manera escalonada y en cascada que por su frecuencia y efectividad narrativa, en este caso, forman parte del estilo del autor.
Los documentos que José Martí llevaba consigo en la hora final de Dos Ríos no solo permiten acercarnos al mundo íntimo del héroe, las cartas de y para los más cercanos y queridos, y aquellas informaciones destinadas a estrategias militares, pero también son expresión de su inexperiencia combativa, pues se supone que un soldado marche a la batalla ligero o con los atavíos propios, necesarios e imprescindibles de una contienda y no con la papelería que se muestra en el capítulo VI que poco o nada le hubieran servido en un enfrentamiento con el enemigo. No solo la papelería encontrada, sino también: dinero. Como expresa Rolando Rodríguez, poéticamente, la correspondencia con sus seres queridos que llevaba consigo le servía de amuleto.
Esos documentos permiten adentrarnos en las preocupaciones más cercanas que “bullían” en el universo del héroe en ese minuto. Siempre hallazgos como este son reveladores, pues brindan precisiones únicas más allá de valoraciones o conjeturas.
Estas páginas constituyen una valoración novelada de un grupo de acontecimientos cenitales, dudas y enigmas que más de un siglo después continúan convocando a estudiosos cubanos y a las nuevas generaciones de lectores que desde su perspectiva se acercan a nuestra historia.